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280 páginas. 

Quizás no haya debate más largo y encarnizado en la historia económica argentina que el del proteccionismo y librecambismo. Desde los tiempos de la Colonia, y durante todo el siglo XIX, esta opción pautó la manera de pensar el país y su desarrollo. Porque al cabo, el debate nunca fue puramente económico. Involucró a la sociedad, los intelectuales, la dinámica de las alianzas partidarias y las relaciones exteriores. También la forma en que Buenos Aires y las provincias dirimían su lugar y su preponderancia en la nación. Es decir, la política y las ideas.
Pero hay un momento, entre 1860 y 1880, donde el proteccionismo, como herramienta para el crecimiento del país, tuvo un auge inusitado. Parecía el camino adecuado para la formación de una germina burguesía industrial y para hacer realidad la ambición de la independencia económica, vía el incremento de la industria local, al estilo capitalista clásico. También para atenuar, o transformar radicalmente, los lazos de dependencia que Argentina tenía (y tuvo durante varias décadas más) con Gran Bretaña.
A partir de las políticas en boga, y de las ideas y escritos de Vicente Fidel López, el gran pensador de ese movimiento, José Carlos Chiaramonte estudia ese período, cuando el proteccionismo no era un dogma de izquierda o de derecha, sino una elección natural de muchos para la transformación definitiva de la Argentina. Y analiza también como esas ideas casi se extinguen en la década siguiente, para volver a comienzos del siglo XX casi como un anacronismo.

Nacionalismo Y Liberalismo Económicos En Argentina 1860 - 1880. Chiaramonte José Carlos

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Quizás no haya debate más largo y encarnizado en la historia económica argentina que el del proteccionismo y librecambismo. Desde los tiempos de la Colonia, y durante todo el siglo XIX, esta opción pautó la manera de pensar el país y su desarrollo. Porque al cabo, el debate nunca fue puramente económico. Involucró a la sociedad, los intelectuales, la dinámica de las alianzas partidarias y las relaciones exteriores. También la forma en que Buenos Aires y las provincias dirimían su lugar y su preponderancia en la nación. Es decir, la política y las ideas.
Pero hay un momento, entre 1860 y 1880, donde el proteccionismo, como herramienta para el crecimiento del país, tuvo un auge inusitado. Parecía el camino adecuado para la formación de una germina burguesía industrial y para hacer realidad la ambición de la independencia económica, vía el incremento de la industria local, al estilo capitalista clásico. También para atenuar, o transformar radicalmente, los lazos de dependencia que Argentina tenía (y tuvo durante varias décadas más) con Gran Bretaña.
A partir de las políticas en boga, y de las ideas y escritos de Vicente Fidel López, el gran pensador de ese movimiento, José Carlos Chiaramonte estudia ese período, cuando el proteccionismo no era un dogma de izquierda o de derecha, sino una elección natural de muchos para la transformación definitiva de la Argentina. Y analiza también como esas ideas casi se extinguen en la década siguiente, para volver a comienzos del siglo XX casi como un anacronismo.