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Del Noce dice que la historia del siglo XX es historia filosófica. Para entender nuestro mundo es necesario rastrear las ideas que lo produjeron.

En su recorrido, Del Noce encuentra la Revolución como clave para entender la historia contemporánea, y el intento de Marx de llevar a la práctica la eliminación de toda trascendencia y la presencia de «algo más» en el ser humano, que es la idea de persona y su libertad interior.

Con Hegel, el mundo se hizo filosofía, con Marx la filosofía se hace mundo.

Del Noce fue un profeta en anunciar el derrumbe del comunismo, en un momento en que todos proyectaban un mundo bajo su dominio.

La actualidad de Del Noce tiene sus razones: la certeza de su diagnóstico sobre el marxismo y sus metamorfosis. Del Noce vio a la vez el triunfo y la derrota del marxismo. Aun fracasado política y económicamente, triunfa en el nihilismo contemporáneo.

Del Noce está volviendo a ser foco de atención en Europa y en EE.UU gracias a la lucidez de sus diagnósticos y la claridad de sus planteos sobre las problemáticas humanas en nuestra sociedad, ahogada por un materialismo asfixiante.

El materialismo de la sociedad opulenta es fruto de la negación marxista de lo trascendente: no hay nada «más allá».